Mare Nostrum

Siempre que hablamos de biodiversidad en los mares nos maravillamos de extraordinarios parajes exóticos repartidos por los mares tropicales y de las especies que allí habitan. Nadie discute la belleza de esos lugares, pero ¿hace falta ir tan lejos para disfrutar de una buena inmersión? ¿Qué pasa con el mar mediterráneo?

Vemos nuestro mar como un lugar pobre en especies que nos puedan llamar la atención y donde el negocio del turismo ha destrozado casi la totalidad de la costa, no es así. Hay lugares repartidos por distintos países que nos pueden sorprender como las islas Medas cerca de la costa brava, la isla de Cerdeña con varios pecios antiguos hundidos cerca de la costa, malta con lugares como el “blue hole”,  distintas islas de Grecia o gran parte de la costa africana entre muchísimos lugares más. Con suerte se  pueden observar infinidad de especies. Grandes cetáceos como el rorcual común (balaenoptera physalus, el segundo animal más grande del planeta), el cachalote (Physiter macrocephalus) o el zifio común (ziphius cavirostris), diferentes especies de delfines y marsopas, tiburones, peces, tortugas, aves y todo tipo de invertebrados.

El mediterráneo es el mar con las tasas más altas de hidrocarburos y contaminación del planeta y esto hace que pierda atractivo el bucear en sus aguas, aun así es un lugar excelente para bucear lleno de contrastes y vida y eso no lo podemos despreciar.